En la fotografía de arquitectura es fundamental ir de lo general al detalle, siempre tomando como punto de partida escuchar mucho al cliente, porque no todos quieren lo mismo de sus fotos. En algunos casos, buscan un registro más personal, acético, y en otros quieren una estética comercial, más inmobiliaria, la foto tiene que adecuarse a eso. Nunca pongo por delante una forma propia, mi manera personal de fotografiar. Siempre lo principal es qué busca el cliente, qué cosas le interesan. El escenario ideal es compartir la sesión con el autor, conversar y saber exactamente qué quiere. Hay obras en las que tiene mucha más relevancia el contexto que en otras. No es lo mismo un edificio entre medianeras que una casa en medio del paisaje. De cualquier manera, siempre es enriquecedor mostrar dónde está situado cada proyecto.
Siempre busco encarar cada obra con el objetivo de que la entienda alguien que no la va a visitar nunca. De quienes ven las fotos, el porcentaje que conoce el proyecto en persona es bajísimo. El objetivo es que en la menor cantidad de tomas se perciba lo mejor posible. La luz es un desafío enorme, cuando conviven adentro y afuera hay que lograr que ambas situaciones estén representadas. Trabajo con la luz disponible, no uso flashes, porque me parece lo más honesto, no hacer como que un espacio es más luminoso de lo que es, ir por un registro real de cada obra. En nuestro trabajo con ATV, muchas veces hacemos visitas juntos y podemos ver qué destaca a cada proyecto para enfocarnos en eso. Si bien aprendí mucho sobre el tema, no soy arquitecto. Entonces es clave ese input sobre cuestiones constructivas, de materiales. Cuanto mejor nos entendamos, más foco vamos a lograr en lo que el cliente busca mostrar. Yo me pongo cien por cien en función de eso.
La experiencia de Casa Marino
En ATV son muy claros con lo que quieren y eso es fundamental, facilita muchísimo el trabajo.
Hacer las fotos de Casa Marino, en Pinamar, fue un desafío especial, viajamos con Federico Azubel y estuvimos ahí dos días, charlando, recorriendo la obra, entendiendo por qué cada cosa es como es, la lógica de la estructura, y sacamos cantidad de fotos en todas las situaciones: mañana, tarde, noche. Fue una gran experiencia en la que pudimos compartir mucho tiempo, que me explique, que me enseñe, aprender sobre técnicas, sobre materiales. Hicimos sesiones en muchas obras, también en el estudio, con todo el equipo. Un montón de instancias distintas: obras en una etapa inicial, en construcción, terminadas, interiorismo, retratos, de todo.
El desafío de la fotografía en obra
En la sesión para LIV Thames, en obra, buscamos detalles de materiales, de ciertos lugares, con un brief súper puntual. Esas etapas tienen muchas complejidades, quizás uno imagina un ángulo y ese día, por la lógica del proceso de construcción, no se puede llegar. El desafío en este caso es mostrar dónde está yendo la obra y que se entienda. No que se vean fierros y maderas que no transmitan más que eso. Entender la estructura del edificio, qué va a ser un departamento, qué va a ser un balcón, qué va a ser un área común. Hacer registro de obra es un trabajo especial: partir del esqueleto de madera, atravesar etapas intermedias y llegar a la obra terminada. No son muchos los clientes que deciden hacer la inversión que implica. El desafío es que se comprenda cómo va a ser la obra, mostrar la estructura antes de que esté vestida. También es una idea más documentalista, registrar la hormigonada y mostrar al máximo el detalle de los materiales: el hormigón, la madera, retratar el proceso constructivo.
La influencia de la ciudad
Desde chico, camino muchísimo, no teníamos auto. Al día de hoy, no manejo. Siempre caminando, en bicicleta y en transporte público, con una conexión muy fuerte con la calle. Me gusta estar en la ciudad, ir y venir. En eso se basaron mis primeros proyectos y también eso me gusta de la fotografía de arquitectura: salir, el contacto con otros, conocer gente. Además, evidentemente tengo una mirada curiosa, que busca conectar con el afuera. Cuando empecé a trabajar como freelance me encontré con tiempo libre y salía con la cámara a registrar lo que me llamaba la atención. Cosas vinculadas al paso del tiempo, elementos de otras épocas que sobreviven en el presente, una mirada no sé si nostálgica pero sí de curiosidad y de aprecio por el patrimonio de la ciudad. Buscar el espacio vacío, las huellas de otras etapas.
Fotografiar arquitectura
Cuando surgieron los blogs y la cámara digital se volvió más accesible, generé la disciplina de sacar y mostrar. Eso llevó a la posibilidad de hacer Flaneur, un libro editado por Libraria, con el apoyo del Fondo Metropolitano de las Artes, que incluye las fotos de esa deriva, salir a caminar sin rumbo, y encontrar. También está la veta de fotógrafo artista, participé en arteba, en BA Photo con mi trabajo más personal, que tiene que ver con la arquitectura y con la ciudad y que se puede ver en la sección Flaneur de mi web. Desde ese lado, me acerqué al mundo del arte. Luego, Hernán Bisman, de Bisman Ediciones, me propuso la idea de fotografiar 50 estudios de arquitectura en Buenos Aires, impulsados por hacer algo que nos divierta y causó mucha curiosidad no sólo en el ámbito arquitectónico, sino en público que fantasea con cómo se trabaja en un estudio. Llevó mucho trabajo y luego hicimos una exposición en la Fototeca Latinoamericana (Fola), un espacio de arte dedicado a la fotografía en Palermo. En arquitectura se hacen muy pocos retratos. En este caso la idea era que en la mayoría de las fotos estén los protagonistas. Fue un intermedio entre un registro documental, un poco de dirección de modelo y en el desarrollo inventamos el formato, generamos como una lógica para el proyecto. Hay desde estudios enormes de 150 personas a la casa del arquitecto y el sector en el que trabaja. Me encantó mostrar esa variedad y fue una oportunidad de hacer fotos más climáticas, transmitir una atmósfera más que tener la obligación de contar el espacio. El diseño gráfico hoy todavía es parte de mi día a día, tengo amplia experiencia en catálogos de arte y libros para artistas, además de registro de obras. Con los años trabajé cada vez más en relación a la arquitectura y así fui formando mi especialización, desarrollando una visión de los proyectos en la que haya calidez, humanidad, que transmita una sensación de estar ahí natural.
El Ciclo Diálogos, un espacio de encuentro y reflexión, en palabras de Anabella Gatto, gerente del área Proyectual de ATV Arquitectos.
ver másEl estudio apoya el lanzamiento de esta publicación, que celebra lo mejor del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
ver másATV obtuvo un nuevo reconocimiento internacional, en la categoría “Diseño Arquitectónico - Arquitectura Residencial Multiunidad”.
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